SE CELEBRA EN EL CCRD-CUBA EL CAMPAMENTO DE VERANO PARA ADOLESCENTES

Campamento de verano para adolescentes en el CCRD-Cuba
Campamento de verano para adolescentes en el CCRD-Cuba

Se realizó en el Centro Cristiano de Reflexión y Diálogo-Cuba el Campamento de verano para adolescentes, provenientes de las comunidades con las que trabaja nuestra institución. 

Cada día tenía un color representativo (morado, verde, naranja y el arcoíris) y un tema central, que guiaron las jornadas de intercambio. Conocer las expectativas y aspiraciones de los adolescentes en el campamento, fue el punto de partida de cada encuentro.

Las jornadas con los especialistas de nuestra institución, permitieron reflexionar sobre las características fundamentales de la adolescencia, la comunicación, las relaciones interpersonales y la familia, la relación de los seres humanos con la naturaleza y sobre el cuidado del medio ambiente; a tono con ello realizaron actividades prácticas como la siembra de árboles, recogida de basura en la playa, el autocuidado, desde la perspectiva de todo lo que pueden hacer los adolescentes para evitar conductas nocivas para su salud y su entorno.

Se realizaron visitas a emprendimientos de la comunidad de Cárdenas, cuyos dueños han sido capacitados en el CCRD-Cuba, dígase la fábrica de helados Gustatini, la heladería Super Bola, la tienda de productos varios para niños del proyecto K’riño y la sede del proyecto Azabache de la Iglesia Presbiteriana Juan G. Hall; en todos recibidos con amabilidad, conocieron de primera mano cómo fueron sus orígenes, retos y perspectivas futuras.

Durante el monitoreo realizado en las actividades (entrevistas, dinámicas y encuestas) logramos detectar un grupo de problemáticas en esta población, que comprometen su salud mental, desarrollo y bienestar. El 40 % de los encuestados reporta síntomas de ansiedad y depresión, exacerbados por la falta de recursos y apoyo psicológico. Les golpea la ausencia de sus figuras parentales en el hogar, producto de la migración, ya que muchos han quedado bajo la guarda y cuidado de familiares (abuelos, tíos e incluso amigos): 3 de cada 5 adolescentes provienen de familias desmembradas, que no siempre pueden brindar apoyo emocional o económico. Además, la familia cubana vive en condiciones de sobrevivencia: buscar alimentos, dinero para comprarlos, cómo elaborarlos, agua, etcétera. Ello ha provocado que la función educativa de la familia esté siendo abandonada con las consecuencias que esto trae para la propia familia y la sociedad.

A pesar del acceso a la educación, un 30 % de los adolescentes siente que el sistema no satisface sus necesidades, lo que contribuye a altos niveles de desmotivación. Un fenómeno que se puso de manifiesto en los intercambios es la tendencia al trabajo infantil, justificado en una crisis económica que hace insuficiente los ingresos familiares.

Fueron reveladores los testimonios acerca de la alta incidencia del consumo de cigarros, alcohol e incluso drogas, dentro de este grupo. Nos relataron el incremento de adolescentes (10, 11 y 12 años) en su comunidad que han salido embarazadas, de parejas con edades entre los 30 y 50 años de edad y el número alto de abortos de esta población.

Es innegable la influencia de la tecnología y redes sociales en sus vidas. Acceden a realidades globales que contrastan con su día a día, generando frustración. Y en otros casos, utilizan esa información de manera negativa, desarraigándose de nuestra cultura en todos los sentidos (música, vestimenta, lenguaje, tradiciones).  

La carencia de espacios de recreación y socialización entre iguales fue otro de los temas comentados. Nos cuentan que acuden a bares y discotecas, mayormente del sector privado, donde quedan expuestos por adultos que les proporcionan bebidas alcohólicas y en algunos casos hasta drogas o estupefacientes más fuertes.

Las expresiones de bullying y violencia están naturalizados, y observamos pobre percepción de riesgo. Nos encontramos adolescentes donde la violencia intrafamiliar ha marcado sus vidas, por ejemplo, uno de los adolescentes nos contó que su padre casi asesina a su madre.

La falta de atención a estas problemáticas podría resultar en una generación de jóvenes desilusionados y con un potencial sin explotar, poniendo en riesgo el futuro del país. Es vital que tanto el gobierno como la sociedad civil unan esfuerzos para escuchar y atender las necesidades de los adolescentes, garantizando un futuro más esperanzador para ellos y para Cuba.

Nuestro equipo de trabajo intentó poner alegría, esperanza y sueños en estos muchachos y muchachas, desde perspectivas diferentes en tiempos difíciles.

Agradecemos a las familias por la confianza, a los líderes comunitarios por el apoyo y a los muchachos por su deseo y entrega en las actividades.