“LA CORTA HISTORIA DE LOS LIBROS LARGOS” EN EL ESPACIO LA HORA DEL CUENTO

La especialista Denise Lima les motivó para que dibujaran a partir de lo interpretado en el cuento
La especialista Denise Lima les motivó para que dibujaran a partir de lo interpretado en el cuento

Fomentar la lectura, el conocimiento en general y, vale decir, todo lo de esta vida, se ha de hacer de manera gradual, en correspondencia, entre otros factores, con la edad. De otra forma poco o nada se logra. Para los infantes que aún no están familiarizados con las letras, lo correcto es comunicarles mediante imágenes coloridas y una narración clara, sencilla, de modo que se facilite su comprensión.

Eso fue lo que aprendieron los que se creían grandes libros, de diminutas y tupidas letras e inmensidad de páginas, después de años de despreciar a los pequelibros, a los que tomaban por “libros de mentira”, al punto de recluirlos en desvanes y almacenes, fuera del área de la librería, en el cuento “La corta historia de los libros largos” del escritor español Pedro Pablo Sacristánnació.

 

Los grandes libros estaban contentísimos. En las librerías ya solo entraba gente adulta e inteligente porque ya no había allí nada que atrajera a los revoltosos niños. Estos se quedaban en la puerta, así que los libros ya no tenían miedo de que los agarraran sin cuidado o les arrancaran y ensuciaran las hojas.

Pasaron los años, y todos aquellos niños que no habían entrado en una biblioteca se hicieron adultos.

–Ahora ya pueden entrar a conocernos y admirar nuestra sabiduría– pensaron los grandes libros.

Pero no. Esos adultos que habían crecido sin pequelibros no tenían ningún interés en los grandes libros. ¡Eran demasiado largos! ¿Cómo iban a leer tantas páginas de golpe, si nunca habían leído nada?

Su lectura, debate y luego recreación en dibujos de lo aprendido fue el regalo para chicos y chicas que les hicieron las especialistas del Centro Cultural de Información y Documentación del CCRD-Cuba, Denise Lima y Anitza Puentes, en su usual espacio La hora del cuento. Por supuesto que no faltó la música y el juego como resortes de la diversión y el aprendizaje.