
La adolescencia es una etapa de búsqueda de identidad y los campamentos de verano ofrecen una oportunidad para este proceso. Alejados de las estructuras habituales, los adolescentes, pueden explorar quiénes son realmente.
En un entorno sin presiones escolares, ni las surgidas en el hogar; donde se comparte “cara a cara” y se convive con chicos y chicas de edades similares, se desarrollan habilidades sociales importantes y se logra una comunicación efectiva en favor de la colaboración y resolución de conflictos, lo cual ayuda positivamente en la construcción de la confianza. Si a ello se incorpora el hecho de que los facilitadores lo hayan concebido como un lugar para enseñar sobre destrezas relacionadas con el “crecimiento” y algunas lecciones esenciales de la vida que resultan fundamentales para su futuro, se tiene un buen plan de aprendizaje y esparcimiento.
Los campamentos que se organizan desde el Centro Cristiano de Reflexión y Diálogo-Cuba se caracterizan por combinar conocimiento y diversión, y así los constataron los jóvenes de Matanzas, Cárdenas, Zorrilla, Jovellanos, Coliseo, Nueva Paz y Ciudad de la Habana, que en esta oportunidad acudieron.
Después del autorreconocimiento de los cambios que ocurren en esta etapa de la vida, se sucedieron charlas sobre temas recurrentes en esta edad: amor y sexualidad. Se habló sobre los derechos, con especial énfasis en los sexuales y reproductivos; sobre la diferencia entre género y sexo, para luego enfocar el diálogo en los roles sociales y en la necesidad de la equidad; sobre las enfermedades de transmisión sexual; de los riesgos que trae el embarazo en la adolescencia; de distintas manifestaciones de violencia y de delitos como el ultraje, la corrupción de menores, entre otros.
Otros temas fueron el de las adicciones, una tentación latente cuando de experimentar se trata y el de las redes sociales, con sus ventajas, desventajas y la obvia necesidad de plantearse otras vías de socialización que no impliquen una pantalla de por medio.
Visita a lugares de interés cultural e histórico, viaje a la playa, juegos y bailoterapia completaron este cuadro veraniego donde se aspira a incentivar el trabajo en equipo, la tolerancia, la escucha y respeto a la idea ajena, la responsabilidad, la empatía y otras de esas habilidades blandas como la flexibilidad o capacidad de adaptación. También el deseo de grabar un recuerdo inolvidable, mejor si se acompaña de amigos de esos que siguen por siempre.