
Para el Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez, se propició un encuentro entre los beneficiarios de la Pastoral para la atención a ancianos, personas con discapacidad y con necesidades especiales, con especialistas del sector de la salud y niños de la enseñanza primaria.
Se vivieron momentos especialísimos en que los pequeños, con esa mezcla de picardía e ingenuidad que los caracteriza, conversaron con los asistentes, indagando por sus vidas o contando acerca de su relación con sus «abues». Igual calificativo para el intercambio con profesionales de la salud, donde se compartieron saberes y vivencias, y se habló de la necesidad de extender acciones como estas a todos los días del año.
Mucho calor, calor humano en un espacio que se propuso sirviera de punto de partida para fortalecer alianzas de trabajo, desde las necesidades de adultos mayores que viven en situación de vulnerabilidad después de quedarse solos por la migración de sus hijos, por vivir con alguna discapacidad o por percibir bajos ingresos que dificulta el acceso a bienes materiales de primera necesidad.
Deseamos que sean parte de nuestra cotidianidad, más allá de ofrecerles los alimentos, de lavar sus ropas, de pelarlos. Deseamos darles un espacio de actuación donde sus saberes puedan nutrir a las nuevas generaciones.
Pudiera aspirarse a más: lograr que no exista un día como este en que tengamos que concientizar a las personas sobre algo básico para la plenitud de la vida como es el respeto; que la palabra “maltrato” caiga en desuso.