Ya casi se cumplen diez días del paso del huracán Irma por nuestro país y sus embates aún persisten. Lo seguirán haciendo por un largo tiempo, pues grandes fueron sus estragos en la agricultura, los bienes materiales de incidencia en la economía nacional y en la hogareña de cada cubano, e incluso en el bien más preciado, la vida.
El Centro Cristiano de Reflexión y Diálogo-Cuba (CCRD-C), tal como acostumbra, lleva adelante sus máximas: impulsar acciones en favor de la cooperación; auxiliar a los necesitados y desvalidos desde una relación laboriosa con la comunidad matancera. En este sentido, su Departamento Emergencias Comunitarias ha estado muy activo, primero ayudando a las instituciones dedicadas al servicio social, a algunas familias y, en especial, a los ancianos y personas que requieren cuidados especiales; luego, cuantificando los daños provocados en las viviendas y en la agricultura, no solo en la Finca El Retiro, sino también en las comunidades rurales de las cercanías de Cárdenas.
Muchas son las afectaciones en las cubiertas de las viviendas y notables las pérdidas de plantaciones de plátano —cultivo que cubre una gran parte de las áreas agrícolas—, viandas, hortalizas, árboles frutales. En coordinación o paralelo a los esfuerzos de los organismos y organizaciones estatales, trabaja nuestro Centro para mitigar los daños y elevar el espíritu de los afectados.
