Potenciar capacidades y habilidades mediante talleres y cursos en los que se propicia el acercamiento a conocimientos y herramientas, es una de las tareas fundamentales del Centro Cristiano de Reflexión y Diálogo-Cuba. De esta forma, se incide positivamente en la formación de individuos y grupos al momento de interactuar con su entorno laboral o cumplir con el trabajo; también en lo correspondiente al logro de tareas y proyectos.
En el caso de las oportunidades formativas para personas con discapacidad, esto adquiere otros matices. El inmediato, es que se amplía el espectro de empleabilidad, gracias, en este caso, a los conocimientos de Beatriz Aguiar (especialista de servicio en el CCRD-Cuba), quien instruye a los chicos y chicas del proyecto Grandes Ilusiones sobre la manera de disponer la mesa y las actitudes que se debe tener para brindar un servicio de calidad: buen observador, buena presentación personal, saber escuchar.
Otras ventajas surgen en encuentros de este tipo, como la mejora de la autoestima, toda vez que adquieren una imagen más útil de sí mismos, al tiempo que se sienten reconocidos socialmente. De igual forma, adquieren una percepción más certera sobre sus posibilidades personales.
Todo ello puede incidir positivamente en estas personas, al generarles mayor independencia, una mejoría para expresarse en todos los niveles –lo que incluye las habilidades sociales– y calidad en las interacciones con los otros.
A ello responde el hecho de que también se trabaje con las madres y padres de estos jóvenes, quienes deben apoyar en tales logros, concentrándose en sus fortalezas y con mucha comprensión para aceptar los cambios.
Para los que intentamos ser parte de la solución y propiciamos, a la vez, el alcance de tales logros en las personas con discapacidad, mediante modestos aportes formativos, quizás sea momento de iniciar talleres dirigidos al resto de la población. La tarea fundamental sería actuar sobre las barreras culturales, de modo que se garantice el trato equitativo e inclusivo.
